patrimonio, arte, identidad, arte, cultura, arte, desarrollo.

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viernes, 15 de enero de 2010

Juli, La pequeña Roma de América


En la ciudad de Juli, a orillas del lago Titicaca, cuatro iglesias coloniales esperan un rescate turístico.

El lago Titicaca es uno de los destinos turísticos más visitados del Perú. A pocos kilómetros de ahí, y olvidados por los visitadores, otros pequeños pueblos merecerían atención. En particular Juli, que gracias a sus hermosas iglesias coloniales mereció el apodo de “Pequeña Roma de América”.
En 1548 los dominicos llegaron a Juli y para mejor evangelizar, y edificaron tres iglesias: San Pedro Mártir, La Asunción y San Juan de Letrán. En 1579 la doctrina pasó a los jesuitas que fundaron la cuarta iglesia, Santa Cruz de Jerusalén.
San Pedro Mártir, donde todavía se celebra misa, domina la plaza principal desde un terraplén. La fachada es sencilla, mientras a mitad de 1600 la torre y la cúpula, fueron adornadas con complicados artesonados por los jesuitas. Al interior de la iglesia se encuentran cuadros y retablos enmarcados en oro y plata.
Los trabajos a La Asunción y San Juan de Letrán fueron empezados por los dominicos y concluidos por los jesuitas. El portal lateral de la iglesia de San Juan, ha sido tallado hermosamente en piedra bruno rojiza. En él columnas, plantas, flores y símbolos precolombinos y católicos se fusionan armoniosamente.
Entre el 1960 y el 1900 las dos iglesias han sido restauradas y transformadas en museos, donde se pueden apreciar cuadros en estilo barroco latino-americano, y obras del conocido pintos jesuita Bernardo Bitti.
Santa Cruz de Jerusalén fue construida enteramente por jesuitas, entre 1581 y 1582. La portada de esta iglesia es en absoluto asombrosa. Tiene forma de retablo, y su entera superficie es entallada con finísimas decoraciones indígenas y católicas. Al ápice de la fachada, al interior de un sol, aparece el monograma jesuita IHS. El campanario está casi enteramente derrumbado y las condiciones generales de la iglesia son precarias, tanto que esta ha sido cerrada al público.
Afortunadamente logramos visitar el interior. El piso de la iglesia es totalmente cubierto de una espesa capa de guano, y palomas y murciélagos han elegido a vivienda la antigua iglesia colonial. Las puertas del bautisterio y de la sacristía presentan las mismas decoraciones de la fachada. El techo se derrumbó por completo encima al altar, y en lo que queda de la bóveda, se repite el monograma jesuita, pintado en colores vivaces, y rodeado de flores y plantas
Innumerables problemas afectan las iglesias de Juli, declaradas patrimonio cultural de la Nación entre 1959 y 1972. San Pedro, La Asunción y San Juan fueron restauradas en dos ocasiones, mientras Santa Cruz fue dejada en estado de abandono. Informadores de la alcaldía declaran que el fondo destinado al restauro de la iglesia fue utilizado por otras obras. La general falta de interés de las agencias de viajes peruanas, no consiente desarrollar planes de turismo responsable, que podría traer a Juli, junto con los visitadores extranjeros, beneficios a los pobladores.
Se espera que en un futuro, Juli sea puesta en un plan de gestión cultural, que pueda ser apreciada por más personas y que sus hermosas iglesias, en particular la de Santa Cruz, sean preservadas y restauradas como merecen.

Virginia Battisti Delia

2 comentarios:

Johana dijo...

muchas gracias por compartir la informacion!muy interesante!

Rodolfo Faggioni dijo...

Es una pena que patrimonos de la humanidad sean dejados al olvido

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